domingo, 1 de marzo de 2009

El león no es como lo pintan


Cuando conozco a una persona muchas ideas vienen a mi mente, que sí creo que es buena onda, que si me late como se viste, que si habla chido o simplemente si de verdad vale la pena tomar en cuenta a esa persona. Creo que hasta cierto punto soy a veces o casi siempre prejuicioso; hoy aprendí que todo eso está mal, es erróneo catalogar a las personas por su apariencia, su voz o su forma de caminar, pero cuando pasa eso, como lo podemos evitar?
Creo que la mejor manera de hacerlo es simplemente darnos la oportunidad de verdaderamente conocer a ese ser, que por alguna extraña razón de la vida estamos conociendo en ese momento, yo no creo en las coincidencias, solo en lo inevitable y así como fue inevitable que hoy me callera mientras corría salvaje por las escaleras, fue inevitable que me hoy me enterara de tantas cosas, que mi mente extraña jamás imagino.
Supuse que era buena onda, ahora lo sé, supuse que tenia dones artísticos, ahora me maravillo con ellos, creí que tenía una voz muy chida, ahora no puedo dejar de escuchar su canción y cuando la vida te lleva a grandes descubrimientos como estos, no puedo evitar preguntarme ¿cómo es posible que evite que la persona demuestre su ser y prefiera imaginarme cómo es?
Acaso este es el nuevo comienzo de las relaciones, no solo me pasa a mí, le pasa a la mayoría y creo que es por la incertidumbre de el cómo será, de la duda, de no saber esperar y yo paciente nunca he sido, pero no creí que fuera tan importante serlo o por lo menos hacer el esfuerzo por un momento o una persona.
Escuche tantas historias, ninguna de su boca, deduje tantas cosas, la mayoría erróneas, cree un personaje que es totalmente contrario a la realidad y aun así, tengo la oportunidad de conocer más a fondo a un ser con tanto que decir, tanto que hacer y con una vibra tan chida, que de verdad me provoca querer saber más, pocas son las personas que me causan curiosidad y el logro ser una de ellas, hace mucho no sentía la curiosidad de indagar y escuchar de su propia palabra, lo que en verdad es, hace tanto que deje de permitirme conocer a las personas por ellos mismo, que ahora no tengo noción de cómo se hace.
¿Cuando fue que me volví adicto a juzgar a las personas?, ¿cuando decidí que era mejor suponer en vez de escuchar? , ¿Cuando fue que me volví uno de los demás?
Zaz culero, o sea cuando yo decía “que feo ser así”, nunca creí que me convertiría en eso y la penas más grande es que ni cuenta me di, ahora me voy de chichis cuando veo la cruda realidad y necesito ahora o antes la fórmula para rectificar esto.
Porque hoy tuve la oportunidad de no cagarla y conocerlo, pero ¿cuántas oportunidades perdí?, ¿cuántas personas deje pasar por ser así? Y la pregunta más importante ¿vale la pena, dejar tu muralla para no ser lastimado?, a pesar de que esa muralla no logre evitar que sea lastimado, más bien logre que ahuyentar amigos y aislarme más de lo que por naturaleza ya logro.

Pues la neta sentí chido conocerlo en otra faceta, así que creo que mi muralla puede tener puertas y lo mas padre seria que muchas personas con esa calidad las cruzaran, sé que no siempre será así pero ahora estoy más dispuesto a conocer que a imaginar.

2 comentarios:

Lucho dijo...

yo creo que es imposible no generar una imagen mental de la gente cuando la conoces...
es natural y es normal y es humano...

de hecho la gente se viste y habla para expresar algo...

solo hay que saber distinguir entre lo que la gente dice.. y lo que uno cree entender...

que bueno que posteas back-again!!

Angel dijo...

Pues creo que es cierto lo de las imagenes mentales, a veces son correctas y muchas mas totalmente erroneas y concuerdo contigo en lo de distinguir, pero no es facil jajaja

y si, ya me hacia falta postear, pero ando como perdido en estos tiempos jajaja